Más del 80% de los ciberataques comienzan con una contraseña robada. Aquí te explicamos cómo protegerlas y qué errores debes evitar.
La contraseña: tu llave más vulnerable
En un mundo donde lo personal y lo profesional se gestionan desde una computadora o un celular, las contraseñas se han convertido en el blanco preferido de los ciberdelincuentes. Aunque parezca algo simple, usar la misma clave para todo o elegir combinaciones obvias como “123456” puede poner en riesgo desde tus redes sociales hasta tu cuenta del banco.
Según BeyondTrust, empresa especializada en protección de identidades digitales, los ataques para robar contraseñas no solo van en aumento, sino que también son cada vez más sofisticados. Ahora los hackers usan herramientas de inteligencia artificial o programas automatizados para descifrar contraseñas, además de técnicas más tradicionales como el phishing (correos o mensajes falsos que piden tus datos).
Y los datos son alarmantes: el 86% de las brechas de seguridad ocurren por el uso de credenciales robadas, de acuerdo con el Threat Horizons Report 2023 de Google Cloud. Y el más reciente informe de IBM X-Force revela que los ataques con contraseñas válidas aumentaron un 71% en un solo año.
¿Por qué es tan grave que roben tu contraseña?
Porque muchas veces, esa clave da acceso a más cosas de las que imaginas. Y cuando se trata de cuentas con permisos especiales, como las que usan los empleados de una empresa o los administradores de sistemas, el riesgo es mayor.
Ramón Salas, director para América Latina de BeyondTrust, advierte: “Proteger las credenciales privilegiadas no es solo una buena práctica, es una necesidad estratégica. Una vez que los atacantes acceden a una cuenta, pueden moverse dentro del sistema, controlar otras cuentas y evitar ser detectados”.
Además, con tantas aplicaciones y servicios en la nube, cualquier cuenta –por más sencilla que parezca– puede convertirse en una vía de acceso para robar información más importante.
Cómo evitar caer en trampas
Una de las técnicas más peligrosas es la ingeniería social: los atacantes se hacen pasar por empleados de bancos, tiendas como Amazon o incluso familiares para engañarte y que tú mismo les des tu contraseña.
Por eso, nunca compartas tus contraseñas por teléfono, correo o mensajes, ni hagas clic en enlaces que te parezcan sospechosos, aunque aparenten ser de una empresa conocida. Si tienes dudas, entra tú directamente a la página oficial desde tu navegador.
6 consejos para tener contraseñas seguras
- No las anotes en papel ni en documentos abiertos en tu computadora.
- Usa una contraseña distinta para cada sitio.
- Cámbialas regularmente, sobre todo si crees que pudieron haber sido filtradas.
- Activa la verificación en dos pasos (también llamada autenticación multifactor o MFA).
- Usa un gestor de contraseñas: te ayuda a crear claves seguras y a no olvidarlas.
- No compartas tus contraseñas con nadie, ni siquiera con personas de confianza.
No es un lujo, es una necesidad
Como dice Ramón Salas, “la tecnología es importante, pero el usuario es el primer muro de defensa contra el cibercrimen”. No se trata solo de proteger tus cuentas, sino tu información, tus ahorros y hasta tu identidad.
Así que la próxima vez que una página te pida crear una contraseña, tómate tu tiempo. Evita lo obvio, como tu fecha de cumpleaños o el nombre de tu mascota, y usa frases largas, con símbolos y letras mezcladas. Tu yo del futuro te lo agradecerá.