La seguridad urbana se transforma con postes solares inteligentes, IA eficiente y energías renovables, reduciendo consumo y emisiones.
la sostenibilidad ya no es una opción sino una necesidad, la eficiencia energética se ha convertido en una prioridad incluso para sectores tradicionalmente menos asociados al medio ambiente, como la seguridad. De acuerdo con Manuel Zamudio, Gerente de Asociaciones Industriales LATAM&CAR de Axis Communications, esta transformación es impulsada por la urgencia de reducir el consumo energético y avanzar hacia un futuro más sustentable.
“Reducir el consumo de energía ya no es una opción: es una responsabilidad compartida”, enfatiza Zamudio, quien señala tres grandes tendencias que están marcando esta evolución.
1. Postes solares inteligentes: vigilancia autónoma y sustentable
Una de las innovaciones más visibles son los postes de seguridad alimentados por energía solar. Estos dispositivos combinan iluminación LED con sensores de movimiento, cámaras de videovigilancia, intercomunicadores y hasta puntos de carga, sin depender de infraestructura eléctrica tradicional.
Además, regulan automáticamente su intensidad lumínica: se atenúan cuando no detectan movimiento y se iluminan al paso de personas. Según Zamudio, este tipo de soluciones se está adoptando rápidamente en zonas urbanas y rurales que buscan mejorar la seguridad sin aumentar la huella ambiental.
2. Inteligencia artificial que ahorra energía
El uso de inteligencia artificial (IA) ha crecido exponencialmente, pero también su demanda energética. Para mitigar su impacto, se está migrando parte del procesamiento hacia los propios dispositivos, es decir, “en el borde de la red” (edge computing), evitando saturar centros de datos.
Esto permite que las cámaras y sensores analicen datos en tiempo real —por ejemplo, distinguir entre una persona y un animal— sin enviar todo el contenido a servidores remotos. Esta eficiencia localizada reduce significativamente el consumo energético.
3. Energías renovables ante un mercado inestable
A raíz de la crisis energética global de 2022, muchas empresas —sobre todo las adheridas a iniciativas como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas— han comenzado a reducir su dependencia de fuentes fósiles.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la demanda mundial de electricidad seguirá creciendo entre 2023 y 2026, y aunque se prevé que las energías renovables alcancen el 37 % del total, el uso absoluto de combustibles fósiles también aumentará. En este panorama, Zamudio insiste: “La eficiencia energética es valiosa incluso en un mundo renovable”.
Finalmente la seguridad del futuro no sólo será más inteligente, también será más verde. Con tecnologías como postes solares, IA eficiente y fuentes renovables, el sector de la seguridad se suma a los esfuerzos por frenar el cambio climático. Como señala Manuel Zamudio, este cambio no es solo una ventaja tecnológica, sino una responsabilidad ética.