La estrategia de crear un ecosistema colaborativo va más allá de un simple acuerdo comercial. Implica un compromiso profundo con la innovación, el intercambio de conocimientos y una visión a largo plazo para transformar los sectores industriales de manera conjunta y adaptarse a las demandas cambiantes de un mercado global.
Uriel Fraire, Regional Sales Manager Mexico de Universal Robots, destaca la importancia de construir un ecosistema colaborativo en las empresas para potenciar la competitividad y generar impacto en el mercado global. Este enfoque redefine las cadenas de valor tradicionales, transformándolas en redes de valor que impulsan la innovación y optimizan recursos compartidos.
De acuerdo con Fraire, la conectividad entre empresas de diversos sectores, habilitada por la digitalización y el big data, permite no solo la eficiencia en la producción, sino también una interacción más profunda entre clientes, proveedores y partes interesadas. Esta sinergia, conocida como simbiosis industrial, permite reducir costos a través del uso conjunto de recursos y la colaboración interindustrial, como lo demuestran alianzas entre gigantes como Toyota y Suzuki en el desarrollo de vehículos avanzados.
Un ejemplo de creación de valor es el modelo de ARM Holdings, que colabora estrechamente con clientes y terceros para desarrollar productos finales de manera más eficiente. Fraire menciona cómo el crowdsourcing y la innovación abierta se han convertido en ventajas competitivas, con casos exitosos como el portal de ideas de LEGO, que permite a los fanáticos contribuir en el desarrollo de nuevos productos.
Para Fraire, los ecosistemas colaborativos no solo benefician a empresas en mercados desarrollados; en mercados emergentes, la colaboración puede fomentar adaptaciones locales y programas sociales. Este tipo de iniciativas contribuye a reforzar la economía en regiones menos desarrolladas, donde las empresas deben colaborar con socios locales para sortear barreras económicas.