Estamos en el Mes de la Concientización en Ciberseguridad, y proteger identidades ya es la primera línea de defensa ante ataques más personalizados, impulsados por IA.
Más allá del antivirus: las identidades como blanco principal
La ciberseguridad ya no se trata solo de “¿tenemos buen firewall?” o “¿nuestros servidores están parcheados?”. El enfoque evolucionó: hoy el activo más valioso es la identidad —la credencial, el acceso y el usuario— que da la llave a los sistemas, datos y procesos.
En un mundo donde muchas empresas migran a modelos en la nube o híbridos, definir la primera línea de defensa contra los ciberataques no es opcional: es esencial para mantener la integridad del negocio y la confianza de quienes lo operan.
El panorama actual: ataques dirigidos e inteligencia artificial
Un dato clave: más de la mitad de los adultos de 18 países (53 %) fueron víctimas de estafas por correo electrónico, internet o mensajes de texto entre agosto y diciembre de 2024.
Estas campañas suelen comenzar con un simple clic en un enlace de clickbait y pueden desembocar en robo de datos, fraudes o vulneraciones.
La inteligencia artificial acelera este proceso: los ciberdelincuentes la usan para crear ataques de phishing cada vez más personalizados y convincentes.
Por ello, la protección de identidades ya no es un elemento opcional de la estrategia de seguridad: se ha vuelto una prioridad absoluta.
¿Qué es el modelo Zero Trust?
El enfoque del modelo de seguridad llamado Zero Trust parte de que nadie y nada es de confianza por defecto: ni usuario, ni dispositivo, ni red.
A diferencia de los modelos antiguos que permitían “entrar a la red y ya estamos seguros”, Zero Trust exige verificar continuamente cada identidad y cada solicitud de acceso, sin importar si viene del interior o del exterior de la organización.
Cómo proteger identidades: prácticas concretas
Si eres usuario final, freelance, o participas en una empresa que adopta nuevas soluciones de seguridad, aquí hay acciones clave que puedes seguir:
1. Principio de mínimo privilegio
Otorga a cada persona solo los accesos que necesita para su rol, nada más. Eso reduce la superficie de ataque.
Si alguien deja la empresa, elimina sus accesos de inmediato y evita que quede “actividad fantasma”.
2. Autenticación más allá de la contraseña
Usa autenticación multifactor (MFA): una contraseña sola ya no es suficiente.
Considera también modelos de acceso “justo a tiempo” (JIT), para que los privilegios no estén disponibles permanente.
3. Visibilidad y supervisión continua
En entornos híbridos o en nube, es fundamental tener una solución que permita ver quién accede a qué, desde dónde y cuándo. Esto ayuda a detectar rutas de escalada de privilegios o cuentas que han sido comprometidas.
4. Asume que ya estamos comprometidos
Con Zero Trust se adopta la mentalidad “asume que alguien ya está dentro” y protege todo recurso como si fuera crítico. Esto implica la micro-segmentación de la red, controles granulares y monitoreo constante.
5. Alinea tecnología con cultura
No basta con implementar herramientas: la persona que hace clic en un enlace también debe recibir formación. Crear conciencia en toda la organización o equipo es clave para que la estrategia tenga éxito.
¿Cómo puedes aprovecharlo tú?
- Si eres freelance o autónomo: configura MFA en tus cuentas profesionales (correo, nube, plataformas de colaboración) y revisa los permisos que tienen tus aplicaciones conectadas.
- Si trabajas en empresa: pregunta a tu equipo de TI si ya se aplica un modelo Zero Trust o qué controles de identidad están activos. Si aún no, plantea los riesgos que existen por credenciales comprometidas o privilegios antiguos.
- Si estás impulsando un negocio: considera que la identidad será el punto de entrada más golpeado por los atacantes. Priorizarla en tu estrategia de seguridad te dará ventaja y tranquilidad.
Hiper-personalización
La defensa ya no empieza por el perímetro o por el firewall: empieza por la identidad. Cuando los ataques se vuelven más sofisticados gracias a la IA y la hiper-personalización, adoptar un modelo como Zero Trust no es una opción, es una necesidad.
Fortalecer la primera línea de defensa —las personas, los accesos, los permisos— implica menos vulnerabilidad, mayor control y más confianza. Y tú también puedes formar parte de esta transformación digital.
