Una técnica de escaneo 3D de superficie promete neurocirugías más seguras, sin radiación extra y con precisión submilimétrica, alinear cabeza, rostro y cerebro en tiempo real.
Un “GPS” más fino para entrar al cerebro
Operar dentro del cerebro siempre exige exactitud absoluta. Un desvío mínimo puede afectar fibras sensibles o estructuras vitales. Por eso, investigadores de Mayo Clinic desarrollaron un sistema de escaneo 3D de superficie que funciona como un “GPS” avanzado para el quirófano. La herramienta alinea en tiempo real la cabeza del paciente con las imágenes de su cerebro y logra precisión submilimétrica.
En una prueba reciente, esta técnica superó la exactitud del registro guiado por tomografía, eliminó la necesidad de radiación adicional y aceleró la preparación quirúrgica. Para el paciente, esto significa menos riesgos, menos incomodidad y cirugías potencialmente más seguras.
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Qué problema resuelve esta nueva técnica
Antes de una cirugía cerebral, el equipo médico obtiene imágenes detalladas mediante resonancia magnética o tomografía. La dificultad llega cuando el cirujano debe ubicar con precisión, dentro del cráneo, el punto exacto mostrado en las imágenes.
Los métodos tradicionales requieren un escaneo adicional en quirófano o marcadores físicos para registrar la posición real del paciente. Ese proceso consume tiempo, genera incomodidad y expone a radiación.
El escaneo 3D de superficie sustituye esos pasos con un registro óptico que captura la cara y el marco estereotáxico que sostiene la cabeza. Así, la preparación se vuelve más rápida y menos invasiva.
Cómo funciona el escaneo 3D
La técnica usa cámaras y structured light, un patrón de luz proyectado sobre el rostro y el marco quirúrgico. El sistema reconstruye un modelo tridimensional de alta resolución y crea un mapa exacto de cómo está colocado el paciente en la mesa.
Ese mapa se alinea con las imágenes obtenidas antes de la operación. Con ello, el sistema sabe, en todo momento, dónde está cada punto del cerebro respecto a la posición real del paciente.
La precisión promedio registrada fue de 0.14 milímetros, mejor que la de métodos basados en tomografía. En neurocirugía, esa diferencia diminuta puede cambiar por completo el riesgo de una intervención.
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Beneficios directos para pacientes y hospitales
El primer beneficio es evidente: cero radiación adicional. La técnica elimina la necesidad de una nueva tomografía en quirófano.
El segundo es la comodidad. El registro se hace con cámaras y luz, no requiere mover al paciente de sala ni usar marcadores invasivos.
El tercero es el acceso. La tecnología puede integrarse con la mayoría de los sistemas de navegación actuales, permitiendo que hospitales sin tomógrafo en quirófano adopten un nivel de precisión más alto.
Esto impacta procedimientos como:
- Estimulación cerebral profunda.
- Drenajes de líquido en casos de hidrocefalia o hemorragias.
- Biopsias de tejido cerebral.
En estos casos, llegar al objetivo con la mayor exactitud posible es decisivo.
Las mentes detrás del avance

El desarrollo computacional estuvo liderado por Jaeyun Sung, especialista en inteligencia artificial clínica que trabaja en herramientas de precisión para el cuidado de los pacientes.
La integración quirúrgica estuvo a cargo del neurocirujano Kendall Lee, quien destaca que muchas decisiones cruciales se toman antes de la primera incisión. Para él, esta técnica representa una mejora real para la práctica diaria.
El cirujano Basel Sharaf, autor principal del estudio, ve un futuro aún más prometedor. Imagina una versión simplificada capaz de funcionar incluso con cámaras de smartphone, mientras sistemas de inteligencia artificial compensan en tiempo real movimientos mínimos del tejido cerebral.
IA, automatización y el futuro de la técnica
El equipo trabaja en agregar automatización para que el sistema requiera menos pasos manuales y ofrezca orientación más intuitiva.
Una línea crucial es la compensación del brain shift, el desplazamiento natural del cerebro durante una cirugía. Con inteligencia artificial, el sistema podría anticipar esos cambios y actualizar el mapa de navegación en tiempo real.
Otro objetivo es democratizar el acceso. Si en el futuro el escaneo puede realizarse con equipos más sencillos, hospitales medianos podrían contar con navegación avanzada sin grandes inversiones.
Por qué este avance importa al usuario final
Aunque suene muy especializado, este tipo de innovación impacta directamente a cualquier persona que requiera una cirugía cerebral.
- Menos riesgos y más precisión.
- Procedimientos más cortos y menos invasivos.
- Menos radiación acumulada.
- Mayor acceso para hospitales que no cuentan con equipos avanzados.
Además, el mismo enfoque de escaneo de superficie y registro inteligente ya se explora en cirugías de cabeza y cuello, donde la precisión también es clave.
En síntesis, esta tecnología redefine lo que se entiende por exactitud en el quirófano y muestra cómo la combinación de ingeniería e inteligencia artificial puede transformar el cuidado médico.
