Javier Marbec, director de Mercado Internacional de TOTVS
En una era marcada por el avance tecnológico acelerado y la transformación digital, la economía mundial se desarrolla a una velocidad nunca antes vista. América Latina, una región con un enorme potencial económico, se halla en un punto decisivo para alcanzar la competitividad internacional. No obstante, diversos desafíos aún impiden el aprovechamiento total de este potencial. Desbloquear esta capacidad no solo favorecería a los países de América Latina, sino que es esencial para el dinamismo de la economía mundial. El progreso de América Latina tiene un impacto directo en la estabilidad y la diversificación económica a nivel global.
Un informe del 2022 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ofrece una visión de la brecha digital en América Latina. Es preocupante que solo el 20% de los adultos en la región posean habilidades digitales básicas, en comparación con el 60% en Europa y el 80% en Asia, lo que constituye un fuerte llamado a la acción. La falta de estas habilidades evita que la mayoría de los adultos en América Latina hagan uso efectivo de la tecnología para trabajar, aprender e interactuar socialmente, lo que a su vez frena la innovación, la productividad y el crecimiento económico a niveles individuales y colectivos.
Para enfrentar estos retos e impulsar a América Latina hacia la era digital, se necesita un enfoque multifacético. Es esencial desarrollar una fuerza laboral cualificada que pueda manejar las complejidades del mundo digital. Las habilidades siguientes son cruciales para incrementar la competitividad de la región en este nuevo entorno:
- Alfabetización digital: establecer una base sólida en alfabetización digital es fundamental para todos. Entender cómo usar la tecnología, acceder a información y comunicarse en el ámbito digital es el primer paso hacia la habilitación del trabajo colaborativo.
- Competencia técnica: es crucial proporcionar a las personas habilidades técnicas que sean relevantes para sus industrias. Habilidades como la programación, el análisis de datos, la ciberseguridad y el manejo de otras herramientas especializadas son fundamentales para fomentar la innovación y adaptarse a los avances tecnológicos. Las empresas del sector privado deben comprometerse a promover, ya sea a través de programas propios o en colaboración con otras organizaciones, la formación de jóvenes en situación de vulnerabilidad social para que se conviertan en profesionales en el campo de la tecnología.
- Pensamiento crítico y resolución de problemas: En un entorno de constante cambio, la habilidad para analizar situaciones complejas, identificar problemas y desarrollar soluciones innovadoras es inestimable. Estas capacidades fomentan la creatividad y la innovación.
- Adaptabilidad y resiliencia: dada la naturaleza dinámica de la tecnología, las personas y las organizaciones deben aceptar el cambio. La capacidad de adaptarse y permanecer resiliente ante la disrupción es vital.
- Colaboración y comunicación: el trabajo en equipo y la comunicación eficaz son esenciales para la innovación y el crecimiento. Las habilidades colaborativas facilitan el intercambio de ideas y la cocreación de soluciones.
Minimizar la brecha de habilidades digitales requiere esfuerzos conjuntos de los gobiernos, las instituciones educativas y el sector privado. Podemos promover el desarrollo de estas habilidades cruciales por medio de:
· Transformar la educación: es imperativo repensar la educación para incorporar la alfabetización digital y las habilidades técnicas. Los currículums deben actualizarse para reflejar las demandas de la fuerza laboral moderna.
· Programas de formación accesibles: ofrecer programas de formación asequibles a personas de todas las edades puede ayudar a minimizar la brecha digital y empoderar a la fuerza laboral actual y futura.
· Asociaciones público-privadas: la colaboración entre los gobiernos y el sector privado puede conducir a iniciativas que brinden recursos, orientación y oportunidades de capacitación a comunidades desatendidas.
· Infraestructura digital: la inversión en infraestructura digital es necesaria para garantizar un acceso generalizado a Internet y a la tecnología, especialmente en zonas remotas.
La ruta de América Latina hacia la competitividad digital es un compromiso colectivo que demanda la acción conjunta de gobiernos, corporaciones, entidades educativas y ciudadanos. Al cerrar la brecha en habilidades digitales y fomentar una mano de obra especializada, la región puede erigirse como un jugador clave en la economía mundial, desplegando su inmenso potencial y aportando a un mundo más variado, innovador y resistente. Entretanto, las empresas deben seguir promoviendo la transformación digital y respaldar iniciativas que fortalezcan a América Latina en la era digital y aceleren su avance en el panorama internacional.