La elaboración de trabajos puede conseguir fomentar el compromiso, la satisfacción y la capacidad de asumir situaciones complicadas y superarlas con facilidad.
12 de julio del 2021, Ciudad de México, México- Todos realizamos diariamente tareas laborales y lo hacemos con alegría, pero, como en todos los puestos, hay actividades que quizá no son de nuestro agrado y pueden llegar a desmotivarnos. La buena noticia es que nuestro “trabajo de los sueños” puede convertirse en realidad a través del Job Crafting.
Este concepto fue introducido en el año 2001 por las profesoras Amy Wrzesniewski y Jane E. Dutton. Es una metodología que permite diseñar un puesto de trabajo y adaptarlo a necesidades, metas y habilidades personales a través de diferentes estrategias.
Curiosamente, este término surgió cuando Wresniewski realizó un estudio a los empleados de limpieza de un hospital. Al pasar los días, éstos modificaban sutilmente sus tareas y procesos para facilitarle la vida a los pacientes y a sus familiares. Consecuentemente, estos pequeños cambios les proporcionaban mucha mayor satisfacción, puesto que le daban un mayor sentido a su puesto. Esto contrastaba con los empleados que no hacían cambios y que realizaban sus tareas tal y como se detallaban en la descripción del puesto de trabajo, los cuales mostraban índices mucho menores de compromiso y satisfacción.
Lo que podemos concluir del estudio es que metodologías tales cómo la “elaboración de trabajos” fomenta el compromiso, la satisfacción y la capacidad de asumir situaciones complicadas y superarlas con facilidad. “Es importante que las empresas identifiquen el potencial de cada colaborador para enfocarse en explorar sus fortalezas en lugar de sus áreas de oportunidad, esto hará que los colaboradores estén más comprometidos y reforzará su rendimiento y fidelidad con la empresa, comenta Andrea Vargas, CEO de Potentor.
Entonces ¿Cómo implementar el Job Crafting? Por cada empleado que desee rediseñar su puesto, se deberá preparar una prueba de autoconocimiento donde él/ella podrá detectar sus fortalezas e intereses para luego determinar qué labores pueden llevar a cabo para emplear dichas capacidades (una muy buena práctica son las pruebas psicométricas de nueva generación, puesto que aplicar este tipo de instrumentos de medición proporciona una boleta de calificaciones de habilidades que nos dará claridad para tener a la persona correcta en el puesto correcto).
Posteriormente, el empleado deberá valorar qué le gusta y qué no le gusta de su puesto actual, así como el esfuerzo de cada labor y las habilidades que requiere cada una. Es importante tomar en cuenta que, para llevar a cabo el plan, debemos hacerlo paso a paso y siempre facilitando la adaptación del empleado a su nueva rutina. Además, será recomendable que exista un plan de control que nos permita revisar los objetivos en un mediano y largo plazo.
Otras actividades que podemos llevar a cabo para incrementar la motivación entre los empleados es fomentar el trabajo remoto, crear puestos personalizados, tratar de prescindir de la jerarquía y crear una empresa abierta con directivos accesibles que puedan servir como mentores para los profesionistas que lo necesiten.
La ruptura entre las empresas y los esquemas organizativos tradicionales puede ser arriesgada en algunos casos, incluso puede haber empresas en las que implementar el Job Crafting se convierta en un reto muy difícil. Sin embargo, esta estrategia debe ser concebida como una inversión de futuro que permita mejorar tanto las condiciones personales de los profesionales como la productividad e imagen de la empresa.