Con la distancia social, la tele salud y la monitorización remota de pacientes se están volviendo cada vez más comunes.
Aunque aún está lejos el final de la pandemia en América Latina, es importante empezar a pensar acerca de cómo funcionarán algunas cosas post COVID 19; especialmente para los sectores donde la seguridad digital es esencial, como el sector de la salud. En América Latina, la atención médica a distancia en el sector público ha avanzado significativamente, siendo un 30% más alta que en el sector privado.
La telesalud podría permitir consultas transfronterizas en América Latina, aprovechando que la región cuenta con el 25% de los hospitales del mundo y un idioma común en la región (a excepción de Brasil), lo que podría ayudar a paliar el colapso de los hospitales durante desastres naturales o emergencias de salud como COVID-19.
Según la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica, Colombia ha tenido más de 9 millones de citas de telemedicina desde que comenzó la crisis del coronavirus, aumentando las citas virtuales en más de un 7.000 por ciento en comparación con el año pasado. Asimismo, el gobierno ecuatoriano instaló un “call center” para que las personas pudieran acceder a una cita a través de telemedicina en caso de que tuvieran un problema respiratorio.
En el caso de Argentina, el uso de la telemedicina en el sector público ya era rutinario, principalmente para facilitar las consultas con especialistas que se encuentran en provincias lejanas. Además, es común que las consultas virtuales se utilicen para obtener una segunda opinión de un profesional de la salud. Además, el país cuenta con un Plan Nacional de Telesalud y un Consejo Asesor de Telesalud, que tienen como objetivo impulsar programas que faciliten el uso de esta tecnología y crear buenas prácticas en torno a ella.
En Brasil, según el Panorama de Clínicas y Hospitales 2021, un estudio realizado por Doctoralia, y por TuoTempo, un avanzado sistema de relación con los pacientes, la telemedicina impactó positivamente la rutina de las clínicas de salud y permanecerá en el país.
Más del 70% de las instituciones entrevistadas brindaban atención vía telemedicina cuando se aplicó la encuesta, entre septiembre y octubre de 2020. Además, el 24% ya lo ha practicado en su totalidad y el 48% tuvo adherencia por parte de los profesionales. Solo el 28% de las instituciones de salud aún no brindan atención en línea.
En la encuesta, más de la mitad de las clínicas y hospitales (51%) aún optan por plataformas de video tradicionales gratuitas como Zoom, Skype, WhatsApp o Google Meet, aunque pueden poner en riesgo factores como la seguridad, el almacenamiento de datos y la productividad… y experiencia del paciente.
En México, “Hábitos Digitales de la Comunidad Médica” un estudio realizado por AIMX (Asociación de Internet) reveló que actualmente un mínimo del 44% de los médicos ya realizan consultas en línea y la mayoría usa aplicaciones en los hospitales donde están trabajando. esto les facilita la gestión de los pacientes, el ahorro de tiempo, la programación de citas y la impresión de recetas.
Además, cada estado del país ha implementado diferentes medidas de acuerdo a su situación con el Covid, por ejemplo, la Ciudad de México optó por lanzar una aplicación para ayudar a la población en caso de presentar algún síntoma relacionado.
La digitalización sanitaria ya avanzaba poco a poco
Este cambio no comenzó de la noche a la mañana. Los hospitales, laboratorios y consultorios médicos ya estaban en proceso de digitalización. El mercado estaba siendo absorbido por nuevas soluciones y software dirigidos al sector de la salud, como wearables, dispositivos de monitorización y aplicaciones móviles. Según Emsisoft State of Ransomware, 560 centros de salud fueron víctimas de ataques de ransomware en 2020.
“El problema es aún mayor en las organizaciones pequeñas y los profesionales de la salud independientes, que tienen un acceso limitado a los recursos de TI y la seguridad digital. Aún así, este grupo debe mantener las precauciones de seguridad, ya que esto es importante para mantener la confianza y seguridad de sus pacientes”, afirmó Mike Nelson, vicepresidente de seguridad de IoT en DigiCert
PKI es fundamental
Los entornos de IoT y de salud tienen una serie de vulnerabilidades que deben tenerse en cuenta. Las conexiones móviles pueden ser inseguras, la autenticación del usuario puede ser insuficiente y el cifrado de transporte puede ser inexistente o estar mal implementado. La Infraestructura de clave privada (PKI) ha demostrado ser una solución de seguridad confiable que puede proporcionar una seguridad sólida para los dispositivos conectados. Principalmente permite:
Integridad de los datos: los certificados de firma de código se pueden utilizar para firmar cualquier dato que se transmita entre dispositivos, incluidas las actualizaciones inalámbricas del firmware del dispositivo, para garantizar la integridad total de la información médica confidencial.
Autenticación de usuarios, sistemas y dispositivos: la autenticación se trata más de la autenticación mutua de un dispositivo a una puerta de enlace, u otro dispositivo, una aplicación móvil u otro tipo de servicio. Lo que hace PKI es autenticar las conexiones de backend para garantizar que nada que conecte el dispositivo sea malicioso.
Cifrado de información confidencial: los registros de pacientes y otros datos sensibles deben manejarse de forma confidencial mediante el uso de cifrado para garantizar que esta información, tanto en reposo como en tránsito, se mantenga fuera del alcance de los piratas informáticos y otros actores maliciosos.
PKI también es una solución de seguridad flexible y altamente escalable. “En organizaciones con miles de conexiones y dispositivos, una plataforma de administración de certificados puede permitir a los administradores implementar o modificar rápidamente grandes volúmenes de certificados”, agregó Nelson.
Esté atento a futuras amenazas
Este movimiento de digitalización continuará a lo largo de 2021 y, con ello, aparecerán nuevas amenazas creando espacio para el fraude y las estafas de piratería.
Por lo tanto, más que nunca, la industria de la salud necesita prepararse para el futuro. Es por ello que es necesario hacer un inventario de todos los dispositivos utilizados en las organizaciones de atención médica, incluidas las ubicaciones de atención remota. Comprender los riesgos y tomar las medidas adecuadas para reducir ese riesgo. PKI es un buen punto de partida para proteger las conexiones remotas. Aborda los problemas de seguridad comunes de la autenticación sólida, el cifrado de datos y la garantía de la integridad de los datos.